VOXLOCALIS #74

ACTUALIDAD

“Los libros han ganado más batallas que las armas”.

Luprecio Leonardo de Angensola

 

El conflicto armado en Colombia ha sido una guerra constante que tiene inicios en la década de los 60´ y que en la actualidad ha sido un tema prioritario por el gobierno colombiano; este conflicto ha generado grandes consecuencias y brechas en el desarrollo social y cultural de la población colombiana, especialmente de las zonas rurales y alejadas donde la injerencia de los actores al margen de la Ley ha sido permanente, degastando la credibilidad el Estado, afianzando las prácticas criminales y la normalidad del conflicto.

En la guerra colombiana, los actores al margen de la Ley más conocidos como “guerrillas” se comenzaron a gestar con ideologías e idiosincrasias comunistas, situaciones que tomaron fuerza con la debilidad del Estado para cubrir la gobernabilidad en todo el territorio colombiano, permitiendo el afianzamiento de estos actores desde la posesión de la tierra y la polarización de la orientación política de izquierda que transformó, en su momento, el comportamiento de algunos ciudadanos que empezaron a militar un grupo ilegal por una lucha armada. Las “guerrillas colombianas” por su permanencia en el tiempo han sido señaladas a nivel mundial, como las más longevas del mundo, siendo Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de los grupos más antiguos y reconocidos, ambos extendidos por todo el territorio colombiano que desde la década de los 90´ toman más fuerza con la industria del narcotráfico empezando a generar otros intereses de guerra, incluso generó la conformación de otros grupos como el “Para-Estado” o “Paramilitares” que tenían la filosofía de combatir en contra de las “guerrillas” y fortalecer la presencia del Estado.

En términos generales, Colombia se ha visto afectada a lo largo del siglo con muertes, destierros y daños estructurales en la población, especialmente la civil, generando sentimientos de injusticia, dolor y desolación del pueblo. Las mujeres, en el conflicto armado colombiano se han visto envueltas en patrones de vulnerabilidad que les han dificultado el acceso de forma efectiva a sus derechos, situaciones de exclusión, estigmatización y discriminación que se expresan en diversas formas de violencia basadas en género.

 

 

Desde la comprensión de los daños y las secuelas de la guerra, los últimos gobiernos colombianos han promovido la negociación con estos actores al margen de la Ley, cobrando importancia como una forma de solucionar el conflicto. Estas negociaciones, conocidas también como procesos de paz han estado presentes en las agendas de los últimos presidentes colombianos. El gobierno del presidente Ernesto Samper (1994 -1998), se marcó por su diálogo de paz con el ELN en lo que se refiere a negociaciones y conversaciones, que tiempo después también fue tratado por el presidente Álvaro Uribe Vélez (2002 -2010); el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998 – 2002) se caracterizó por el inicio del proceso de paz o negociaciones con las FARC-EP que posteriormente se consolida con el actual gobierno del presidente Juan Manuel Santos (2014 -). De este último gobierno, los diálogos de paz con las FARC -EP empiezan a tener transcendencia en el 2012, siendo el mayor avance en la terminación del conflicto armado.

Tras la firma del acuerdo de paz, lidera el presidente Juan Manuel Santos, que se lleva alrededor de cuatro años de diálogos entre los altos mandos de la FARC-EP y el gobierno colombiano, realizados en La Habana (Cuba) y tras el paso de la euforia por la firma de los acuerdos, el gobierno propuso que a través de un plebiscito el pueblo colombiano se pronunciará si estaba de acuerdo o no con unos ítems de negociación que daban claridad de lo pactado para el proceso de paz con las FARC-EP. A esto, el pasado 2 de octubre de 2016 el pueblo colombiano acudió a las urnas a decidir entre el “SI” y el “NO” ganado el “NO” con un 50,2% de los votos, a lo que algunos críticos mencionan que los colombianos dieron un sorpresivo golpe al proceso de paz en dicha votación, aclarando que el “NO” no era en contra de la paz, sino a lo pactado en la Habana que favorecería a las FARC-EP. Frente al miedo que tenía el país al favorecer el “NO” en el plebiscito, que diera inició a nuevas confrontaciones las FARC-EP, estos han dejaron claro su posición entorno a su voluntad de no volver a empuñar las armas.

Comprendiendo lo anterior, la tarea del gobierno colombiano está en ir más allá de una negociación de pactos y acuerdos, está en transversalizar la inclusión como un potencial de desarrollo que involucre a todos y a todas en la generación de condiciones favorables para el territorio colombiano. Los diálogos de paz deben tener la intención de tejer la reconstrucción de la presencia del Estado a través de las instituciones en el territorio, promoviendo oportunidades del desarrollo desde lo local y comunitario como esperanza para la terminación del conflicto armado colombiano.

 

BIBLIOGRAFÍA:

* Gómez Polo, Germán: Inclusión: la apuesta por el desarrollo de las regiones para la paz, septiembre 2016. Revista Semana - Economía

* Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género: Cronología de los diálogos de paz. Obtenido de http://www.humanas.org.co/pagina.php?p_a=82

* Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2009). Podemos vivir sin violencia. Obtenido de http://www.undp.org.ar/docs/libros_y_publicaciones/ original_genero.pdf

Búsqueda en línea:

* http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/politica/presidentes_colombianos

* http://www.gestiopolis.com/que-es-negociacion-tipos-etapas-y-tecnicas-efectivas/

Algunos textos han sido tomados de forma textual de la bibligrafía

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Manuela Pérez Marín  (   Colombia )

Estudiante de Ciencias Politicas (Universidad pontificia Bolivariana)