VOXLOCALIS #82

TURISMO

Imagino la madrugada un poco fría en la que Cristóbal Colón se despertó. Medio sudando, medio llorando. Ansioso y nervioso por la expedición de aquel día. Era su oportunidad, la única que honestamente tenía. Llevaba tiempo ya en la miseria, los años no pasaban en vano y él, claramente no se hacía más joven… quería como cualquier otro hombre en aquella época, construir su imperio, armarse de reputación y retirarse tranquilamente en alguna finca andaluza.

Creo que debe haber desayunado, si… un buen plato de pan, jamón y queso que la matrona de la pensión le había preparado junto a una jarra de cerveza… ¨un buen plato hace a un hombre de hierro¨ pensaría al ver al flacucho Cristóbal comiendo sin ganas su desayuno que, cuarentaicinco nudos marítimos después devolverían por la ventana de su camarote.

Al cargar el carro con sus valijas llenas de sus pertenencias (vino, atlas, enciclopedias y bitácoras), se despediría de la matrona en la puerta de la pensión y se pondría en marcha llevando al caballo que tiraba del carro de la mano a un paso apresurado e intranquilo.  Estaría nervioso, y tendría ese tipo de mal augurio que se traduce en un dolor caótico debajo del solar plexus, cuando uno cree que le va a pasar algo malo. Tratando de calmar los nervios, se ajustaría la hebilla de su zapato, que tres meses más tarde perdería en la arena blanca de una isla del Caribe.

Cabe pensar, que al momento de llegar al puerto de Palos en Huelva y ver a las Carabelas … su corazón pararía de latir por media milésima de segundo por tener delante a la Pinta, la Niña y la Santa María… imponentes y erguidas las tres barcas contratadas para la expedición. Ese repentino parar de palpitar… incurriría a que el cerebro recibiera un 4% menos oxigeno de lo normal durante las siguientes tres horas, que haría que Cristóbal se distrajera con más facilidad y confundiera un tres por un dos al leer el mapa… haciendo que las barcas se perdieran en el medio del atlántico por semanas.

Es increíble pensar, que los nervios y la condición ansiosa de Cristóbal esa mañana del 3 de agosto de 1942, cambiaron el curso de nuestra historia… solo porque en general, el hombre casi muere de un infarto al ver que su viaje se realizaba en el reflejo de la madera de las tres Carabelas.

Hoy en día, Huelva, conserva la réplica de los tres barcos en su ¨Muelle de las Carabelas¨, en donde uno puede ir a ver cómo fue que La pinta, La Niña y La Santa María hicieron historia de la mano de Colón al llegar a las playas de la isla Guanahani el 12 de octubre de 1942.

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Mario J. Cobo  (   Ecuador )

Estudiante de Grado en Administración y Relaciones Internacionales