VOXLOCALIS #88

TURISMO

El patrimonio cultural es todo aquello que caracteriza a una nación y que tiene un especial valor para una nación. Es evidencia palpable de las actividades que han sucedido en el pasado y que en la actualidad, forman parte sustancial de la historia y legado de un territorio.

México es uno de las naciones con un legado cultural extraordinario. Recorrer su geografía, permite ver rastros de diversos pueblos que se asentaron hace millones de años y que construyeron sistemas completos de vida que evidencian creencias, formas de organización y monumentos arqueológicos.

En México, el encargado de proteger y mantener estos espacios históricos es el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que tiene bajo su resguardo un total de 187 zonas arqueológicas abiertas al público en todo el país, los 365 días del año.

Si bien, a nivel internacional el turismo distingue zonas como Teotihuacán en el Estado de México o Chichén Itzá en Yucatán, el legado es inmenso y se extiende en cinco regiones: Norte, Centro, Pacífico, Golfo y Sur.

En la región Pacífico, donde se ubica la sede de la V Cumbre Iberoamericana de Agendas Locales de Género - COLIMA- se encuentran dos zonas arqueológicas de singulares construcciones: la Zona Arqueológica de el Chanal y la Campana.

Zona arqueológica de el Chanal

Está ubicada en el Municipio de Colima. Según los especialistas, esta antigua ciudad data de la época Postclásica temprana mesoamericana, aproximadamente de los años 1200 al 1480 d.C. destacan sus características semi urbanas y la indudable organización social. 

De acuerdo con datos del INAH, su nombre tiene que ver con seres imaginarios habitantes de los arroyos que eran conocidos como “Chanos”. Debido a la gran cantidad de representaciones del Dios de la Lluvia: Tláloc, que existen en la región y muy probablemente sea un recuerdo de los mitos que debieron acompañar a su devoción y culto.

El Chanal es una joya prehispánica de la capital colimense, hay cuatro hectáreas abiertas al público. Se dice que la extensión original comprendía aproximadamente 188 hectáreas. La arquitectura del lugar está construida básicamente de piedra redonda (cantos rodados) procedentes de los lechos de ríos aledaños. Escaleras y muros fueron construidas a base de lodo y piedra. Los visitantes pueden apreciar la Plaza de los Altares, Plaza de la Fundición, el Templo del Día y la Noche y una cancha de juego de pelota al sur de la zona. 

Por otra parte, en las instalaciones se encontraron diversos artilugios de metal, cerámica plumbate, obsidiana y esculturas de Xipe Totec elaboradas en barro y muchas representaciones de Tlaloc, Dios de la lluvia; y Ehécatl, Dios del viento, ambos relacionados con las cuestiones alimentarias; también se han encontrado vestigios de Huehuetéotl, del Dios del Fuego, algunos objetos son exhibidos en el lugar y otros más en los museos de la ciudad. 

Con todo, existe evidencia que los antiguos pobladores colimenses de esta zona mantuvieron un intercambio cultural y comercial muy marcado, ya que se han encontrado vestigios de otras regiones de Mesoamérica e incluso hay evidencia de permuta comercial con culturas del Golfo de México y los pueblos de Michoacán. No obstante, la identidad del pueblo que lo habitó sigue siendo un misterio y la caída de esta gran urbe también.

 

El rescate y mantenimiento de esta zona se debe en gran parte al trabajo realizado por la doctora en antropología por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), María de los Ángeles Olay Barrientos, que durante más de 40 años se ha dedicado al rescate y salvamento arqueológico en varias entidades del país. Entre sus artículos científicos se encuentran: "Algo sobre Vladimiro Rosado Ojeda y sus exploraciones en El Chanal, Colima"; "La conservación del patrimonio arqueológico. Algunas propuestas para el valle de Colima"; "Algunos aspectos relativos al Puerto de Santiago y las exploraciones de Cortés a la Mar del Sur"; "Las tumbas de tiro de Las Ánimas, Colima" y "La Campana, por mencionar algunos. 

Zona arqueológica de La Campana

Se localiza en el municipio de Villa de Álvarez, al noroeste de la ciudad de Colima, tiene su máximo esplendor, entre el 700 y el 900 d. C. sin embargo, la evidencia arquitectónica en la superficie de esta zona arqueológica corresponde al horizonte clásico (100 a. C.-1500 d. C.). Su desarrollo estuvo paralelo al de otros grandes asentamientos como Teotihuacán y Monte Albán hacia el Clásico Temprano. En 1917 fue nombrado patrimonio arqueológico. Y fue hasta 1995 cuando fue abierto al público y bautizado con el nombre de La Campana.

Con respecto al nombre, según el INAH, durante la colonia el lugar era conocido como “El potrero de la Campana”, refiriéndose a la forma trapezoidal del montículo principal del antiguo asentamiento antes de que fuera excavado, cuyo diseño era similar a la silueta de una campana.

Existen datos que permiten sustentar que el nombre original del lugar fue Almoloya(“mi agua que corre”), lugar señalado en las fuentes históricas del siglo XVI como un asentamiento importante cercano al Templo de San Francisco de Almoloyán, que se fundó a principios del mismo siglo con indígenas de la región.

En total, el asentamiento cubre 132 hectáreas y se localiza entre los ríos Colima y Pereira.  En el sitio se pueden observar calles y un sistema de drenaje, además de edificaciones de carácter administrativo, religioso y habitacional sobre plataformas circulares y cuadrangulares, un Juego de Pelota y un sinnúmero de petroglifos tallados en la superficie de patios y plazas. Una característica que distingue esta zona son las tumbas de tiro pertenecientes a la tradición Tehuchitlán.

Los visitantes de la Campana, tendrá una postal magnífica de los volcanes de Colima desde la zona arqueológica, además podrán admirar el ancestral juego de pelota de esta zona,  la Pirámide del Cascabel con una enorme y detallada serpiente cascabel en la base de la pirámide, y visitar las tumbas de Tiro para conocer cómo eran las ofrendas y admira la escultura de xoloitzcuintle (raza canina), que es realmente impresionante.

Al igual que en el Chanal, es de destacar el gran trabajo y profesionalismo de la arqueologaAna María Jarquín Pachecoquien junto a un gran equipo del INAH han resguardado este gran patrimonio de los colimenses y de todos los mexicanos. Entre sus obras podemos destacar algunos libros que hablan de esta mítica zona arqueológica: La Campana de Colima: Historia breve y catálogo de piezas arqueológicas del antiguo asentamiento de La Campana; La Campana: Colima; Ritos y mitos prehispánicos nahuas en dos tumbas de la Campana, Colima, por mencionar algunos.

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** Más información en https://www.inah.gob.mx/

** Fotografía  de la Zona Arqueológica el Chanal de Corane Schermesser (Bloguera)

** Fotografía de María de los Ángeles Olay Barrientos en  https://centrosconacyt.mx/objeto/pueblos-prehispanicos-de-colima/dra-maria-de-los-angeles-olay-barrientos-1/

** Fotografías de la Zona Arqueológica de la Campana Derechos INAH

 

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Yanira Ruiz Paz  (   México )

Estudiante de Doctorado en la Universidad de Salamanca, matemática y Máster en Servicios Públicos y Políticas Sociales. Su trabajo de investigación, se centra en las oportunidades en la comunicación política, la democracia participativa y el papel de las tecnologías digitales en ambos. Ha realizado una extensa investigación en el campo de los mensajes políticos en Facebook.