VOXLOCALIS #91

ACTUALIDAD

Por: Percy José Paredes Villarrea

El Perú lleva más de 100 días en “Estado de Emergencia”,  enfrentando a la pandemia; desde que se identificó al primer positivo, el gobierno central ha implementado una serie de medidas como: a) el confinamiento de las personas en sus hogares; b) la restricción de las salidas de su domicilio salvo para ir al mercado, a la farmacia o a la agencia bancaria; c) la suspensión de las actividades educativas; d) La suspensión de eventos masivos; entre otras acciones. Del mismo modo, se cerraron fronteras aéreas, terrestres y marítimas, se restringieron las actividades laborales; a no ser solamente para las personas dedicadas  a las actividades mencionadas líneas arriba.

Nuestro país fue uno de los primeros de América, en tomar la decisión de declarar el “Estado de Emergencia Sanitaria”;  disponiendo una serie de acciones en los aspectos económicos, sociales, educativos y de salud.  La finalidad fue  evitar el ingreso de la pandemia en nuestro territorio; luego fue la reducción de los infectados y fallecidos;  evitando el colapsamiento de los hospitales.

Hasta el día 25 de junio  del presente año, en  nuestro país se han aplicado 1´583,605 pruebas, de las cuales 66,001 y 202,601 han sido moleculares y rápidas respectivamente. De estas pruebas tomadas encontramos 1´307,242 personas han dado negativos, y 268,602 están contagiados; del mismo modo existen 8,761 fallecidos.

La Covid-19 ha demostrado la precariedad del sector salud:

A partir del mes de enero del presente año, nuestro país comenzó a prepararse para enfrentar la pandemia, se elaboraron protocolos, se dispuso la alerta en salud; particularmente se comenzó a trabajar dentro de este sector público, para prepararse ante la posible llegada y su rebrote en todo el territorio. Todo ello, se realizó a nivel nacional, sin la comunicación e involucramiento de los diversos actores subnacionales, particularmente a los gobiernos locales y las organizaciones sociales, para de esa manera estar organizados y afrontar esta lucha. 

A lo largo de los días, a pesar de la preparación a nivel nacional,  los resultados que venimos teniendo son muy preocupante; ya que, no se pensaba que iba a tener un impacto tan catastrófico, como lo venimos teniendo hasta la fecha.

La pandemia en nuestro país ha desnudado la situación precaria del  Estado en algunos sectores e instituciones públicas, como es salud. A pesar del auge económico, hemos podido notar  la falta de los principales elementos básicos que se necesita para poder enfrentar la pandemia, como son: a) recursos humanos, b) materiales e infraestructura, c) ausencia de un sector dedicado a la investigación permanente referido a la salud bacteriológica, d) Personal mal remunerado y laboralmente explotados, donde pocos profesionales de la salud son permanente, algunos están por CAS (trabajadores contratados por un determinado tiempo, pueden ser removidos), y muchos son personal por locación de servicios (que no reciben beneficios sociales, ni descanso, mucho menos vacaciones) ; de esa manera se demuestra la  deficiencia del sistema de salud en nuestro país.

Del mismo modo,  se sigue manteniendo un enfoque sanitario de carácter médico, hospitalario, y  curativo; dejando de lado la salud comunitaria, preventiva y promocional, como un factor importante en la vinculación con la sociedad o comunidad.

Actualmente, debido a la situación de la pandemia, vemos  el congestionamiento de pacientes, que no pueden ser atendidos por la falta de espacio, de camas, de ventiladores mecánicos o de oxígenos, o de personal médico; trayendo como consecuencia el fallecimiento de muchas personas al no ser atendidos en lo inmediato.

Sumado a ello, gobiernos nacionales anteriores firmaron convenios con dos empresas que son las únicas que pueden proveer de insumos (oxigeno medicinal) a los diversos puestos de salud a nivel nacional; sin dar la opción para que otras empresas de la misma línea puedan abastecer a los nosocomio, generando desesperación y compra de oxigeno medicinal por parte de la familia para sus enfermos.

No podemos dejar de lado la falta de sensibilidad humana de las clínicas privadas que cobran de forma exorbitante a las personas que desean  atenderse; además,  estas entidades particulares cobran por el servicio de la toma de pruebas rápidas cuando el sector estatal los análisis y resultados realiza de forma gratuita.

Otra característica que nos ha demostrado la lucha contra la pandemia, es el poco apoyo o precariedad de los indumentarios (vestimenta, mascarilla, lentes, etc.) que se le proporciona al personal que atiende a las personas que llegan a los nosocomios con el coronavirus. La  calidad de las protecciones es de mala calidad; en otros casos no es permanentemente, cambiándose semanal o quincenalmente.

Sumado a ello el alto índice de profesionales de la salud, que han sido conminado realizar aislamiento social por las diversas enfermedades que tienen (diabetes, hipertensos, etc.) como también algunos que se han contagiados, y otros están falleciendo. Eso ha implicado la falta de profesionales para que atiendan, lo cual  está permitiendo contratar a más personal para que asuman la función y estrategias  focalizadas.

Morir del Covid-19 o de Hambre:

En estos últimos años nuestra economía ha sido estable, con un alto crecimiento productivo y exportación; pero no ha servido para mejorar nuestra salud. Por el contrario ha permitido ahorro, a costa del sacrificio de las personas  ampliando las brechas de desigualdades.

Del mismo modo, encontramos  una precariedad de nuestra economía, donde cerca del 70% de la PEA  es informal, ambulatoria;  practicando una economía de subsistencia. Demostrando que la mayor cantidad de las personas viven del “Día a Día”, sin tener la posibilidad de contar con ahorros, ni recursos para poder sostenerse en estos más de cien días de confinamiento que estamos viviendo. Y las que tuvieron recursos lo han gastado todo, porque no han estado trabajando.

Eso ha quedado demostrado mediante  la insostenibilidad económica de algunas personas y/o familias que migraron a las capitales del país y de las regiones; pero ante el cierre de las actividades laborales, comerciales y productivas. Muchos de ellos han tenido que retornar a sus lugares de orígenes, debido a que no cuentan con recursos económicos para mantenerse en la capital del país.

Asimismo la realidad ha permitido la imposibilidad de  resistir el confinamiento; rompiéndolo en poco tiempo las normas,  comenzando a realizar sus actividades comerciales, ambulatorias e informales, para llevar algo a su hogar. De allí sale la respuesta a esta situación de pandemia "Morir de hambre o de Coronavirus”.

Los incentivos económicos que ha dado el gobierno nacional como: bonos familiares, canastas alimenticias, etc., en muchos de los casos ha sido muy poco e ínfimo, y a destiempo; ya que no ha llegado a la población que verdaderamente lo necesita. Debido a la falta de  actualización de la población empadronada; perjudicando a los más necesitados, beneficiando a los que sí tienen.

Aplicación de estrategias para combatir la pandemia:

Esta lucha contra el coronavirus ha implicado la ejecución de una serie de estrategias que van desde el “aplanamiento de la curva” con sus respectivos “martillazos y danzas”; otras estrategias les han denominado “Martillazo y el huayno”; además de la estrategia denominado “guerra contra lo desconocido”. Del mismo modo, hemos podido notar que desde el gobierno central se ha venido actuando en forma centralista y a nivel nacional, asignándole recursos a los gobiernos regionales, dejando de lado a los locales; del mismo modo,  muy pocas veces se les  ha  involucrado a los gobiernos subnacionales.

La pandemia se expande territorialmente, identificando a regiones con mayor cantidad de infectados y fallecidos,  y otros con menor proporción;  dentro de ellas existen provincias con alto índice de personas positivas y fallecidas.

Esta estrategia que se está implementando desde el gobierno central, ha tenido un sesgo centralista; sin involucrar a los gobiernos locales, mucho menos a la sociedad civil organizada. Actualmente, vemos la falta de un  trabajo articulado entre los diversos sectores y actores de la población a nivel local; cuya responsabilidad no recae en los Alcaldes sino en las Fuerzas Policiales, Militares y Salud.

A pesar de ello, los gobiernos locales tienen responsabilidades y están bajo su jurisdicción áreas como: mercados,  comercio ambulatorio,  transporte interprovincial e interdistrital, etc.; que en estos últimos tiempos se han, convertido en focos de infección y contagio.

Los Mercados:

Desde antes que exista la pandemia, la situación de los mercados  ha sido deplorable, debido a la falta de organización y distribución de los puestos en forma equitativa y transparente. Asimismo, encontramos espacios muy angostos para poder circular; además de la congestión y hacinamiento dentro como fuera; ni que hablar de la higiene dentro de esta.

A nivel territorial, a diferencia de otros países, en nuestro país existen supermercados que en su mayoría son espacios modernos ubicados en las capitales de las regiones, provincias y distritos (con población superior al millón de habitantes), donde una persona puede ir a comprar y pagar con tarjeta o en efectivo. Luego están los mercados mayoristas, que vienen a ser conglomerados de comerciantes, que venden al por mayor y el pago es en efectivo (en monedas o billetes); posteriormente identificamos  mercados intermedios, que están ubicados en capital de distrito, cuya mayoría de  personas acuden diariamente a comprar sus cosas; junto a estos también ubicamos a los comerciantes ambulantes que rodean al mercado. Y por último están los mercados ambulatorios que llegan a comunidades más pequeñas, urbanizaciones o sectores,  lo hacen una vez por semana.

Los mercados cuenta con una organización, cuya junta directiva se renueva cada dos años; lamentablemente en estos tiempos, muy poca participación se le ha brindado en el mejoramiento de sus puestos y la atención; ni tampoco se les ha involucrado en estos momentos para enfrentar a la pandemia. Dejándosele de lado.

La función de los municipios en este rubro es el mejoramiento de estos espacios tanto en infraestructura como en servicios; pero en estos últimos tiempos no se ha tenido una  coordinación o en otros casos indiferencia por parte de esta entidad pública, que nunca se ha interesado en el mejoramiento de este servicio.

Por lo que, se ha convertido en un epicentro de contagio másivo de covid-19; tal como se ha demostrado cuando se ha realizado las pruebas rápidas a los comerciantes de algunos mercados.

El Comercio ambulatorio:

El comercio ambulatorio ha sido y sigue siendo un “dolor de cabeza” para los gobiernos locales; que muy poco pueden hacer o controlar el incremento permanente de este sector constituido por personas desempleadas, desocupada, que vive el “día a día”, para poder llevar algo a su casa y de esa manera  sostenerse diariamente.

Actualmente este sector invade los espacios públicos, ofertando sus productos que en muchos de los casos son reprimidos por la policía municipal o del serenazgo; ya que, impide el libre tránsito generando congestión en las vías públicas.

En esta etapa de “Estado de emergencia” y el aislamiento de las personas, se han cerrado los negocios, tiendas comerciales; impidiendo la venta de sus productos. Esto ha permitido  que, muchos de estos vendedores  tengan que salir a la calle a vender sus productos; generando  cogestión en la calle, aglomeración de las personas e impidiendo el libre tránsito.

El Transporte Público:

Este sector también se ha convertido en otro foco de contagio, cuyos  transportistas en ningún momento se han preocupado o respetado los protocolos para poder circular y evitar el contagio dentro de las unidades de transporte.

Por el contrario, estos medios incumplen las normas ya que para ellos es importante llevar más pasajeros que lo permitido; sin tomar en cuenta el distanciamiento y el uso de mascarilla como elementos fundamentales para la prevención del contagio.

El gobierno nacional, ha dictaminado la paralización temporal del transporte urbano e interprovincial; pero debido a la necesidad económica vienen circulando con mucha deficiencia, convirtiéndose en foco de contagio.

A esto tenemos que agregar la circulación de unidades de transporte informal o también denominado “piratas”, que circulan sin permiso ni autorización de los organismos competentes.

Este sector de transporte interprovincial e interdistrital está bajo la responsabilidad de las municipalidades provinciales, que tampoco ha permitido una coordinación y una preparación para enfrentar la pandemia. Mientras que el transporte interno dentro del distrito, al cual se le denomina mototaxi, está bajo la responsabilidad de los gobiernos del mismo nivel.

A modo de conclusión:

a)     Las medidas tomadas por el gobierno nacional fueron las más acertadas, pero lastimosamente se dejó de lado a los gobiernos locales, que podrían haber cumplido una labor importante en la articulación, organización, prevención y sensibilización en la lucha contra la pandemia.

b)     La participación de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y Salud, ha sido desarticulada; que en muchos de los casos no han coordinado con las autoridades ediles. Cuyos resultados hubiesen sido otros.

c)      Los diferentes sectores que están bajo la responsabilidad del gobierno local, no ha mostrado interés en organizarse para prevenir la aglomeración de las personas en los mercados, ni tampoco en la utilización del transporte público; trayendo como consecuencia  contagios masivos y fallecimiento de muchas personas.

d)     Es hora de implementar estrategias y medidas postcovid-19, con la incorporación y liderazgo de los gobiernos locales, para impedir el rebrote de la pandemia en nuestro país.

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Liliana Alejandra Ladrón de Guevara Muñoz  (   Chile )

Periodista chilena radicada en España - Especialista en Comunicación Pública - Directora de la Revista Vox Locális.