TERTULIA

Marcelo Aravena Peralta periodista chileno - Director en Galería VALA

Nadie nos dijo que este año era de pandemia
Nadie nos advirtió que tantas veces habríamos de entendernos
con los espejos
Nunca se nos ocurrió que este año nuevo
El abrazo a nuestros padres podría ser el último y que no existiría un venidero.

Siempre supimos de los virus
pero no nos advirtieron que eran reales,
Tal vez nuestras abuelas recuerdan como murió por ahí
un niño si saberlo.
Nosotros teníamos vacunas y play station
celulares y tarjetas de crédito
Deudas y paracetamol
Quejas y legumbres
Y descansábamos en un dulce sueño

Vivimos, décadas
como si la muerte fuese una mala costumbre de los viejos
caminábamos sobre amores fugases
porque en cada barra
de cada noche
palpitaban otros retos

Crecimos con la autosuficiencia de que todo estuviera en su sitio
La misma pareja de al lado
El mismo sabor de la pasta de dientes
El despertador impertinente que nos devolvía a la servidumbre a las 7:45

Subestimamos nuestra vida como los desquiciados que nos gobiernan
No le dimos tiempo, al tiempo verdadero
No nos detuvimos frente al trébol
ni al calor cándido de una rosa amarilla
vista en el ocaso años antes de que hubieses nacido

Vegetamos nuestra vida como inmortales
Hicimos planes y nos vimos en unos años arriba del Olimpo del mundo
O nos desesperamos del relámpago y del trueno.

Ahora vemos crecer nuestras barbas y nuestros pelos
Arrugas de las que nunca supimos
Atardeceres que se suceden sin amigos,
Sin abrazos ni cariños

Fuimos pretenciosos, soberbios, continuos,
Nunca vimos
Ese el árbol de la esquina
que durará más que nosotros mismos.

Nos creímos invencibles en nuestro consumo histérico
Deseamos tantas cosas y ahora en el alcachofazo vulnerable de nuestro actual destino
Sabemos que sólo éramos mortales de paso
En bajada ,
Con la muerte acechando como hormiga o murciélago.

Jamás nos definimos por ese auto de lujo,
ni por la casa envidiada.
Nunca fuimos nuestra cuenta corriente, ni ese sofá pretencioso y cómodo que está de adorno como un florero.
Ni todas esas cosas
que no eran más que cosas.

Llevamos tantos días con la misma ropa puesta que desear otra
parece hoy
una infamia.

El futuro es incierto como el clima
pero el pasado nos advierte como un perro
¿Aprenderemos a golpe de encierro lo que vale estar vivos?
Sabremos, aunque sea de sospecha,
Que no somos más
Que una maldita manada de rumiantes en búsqueda de un cariño trémulo
Niños necesitados de confirmación y consuelo.

Fuimos desde siempre soledades dispersas
Mendigando afectos colectivos y fraternos

Esperemos que esta vez,
frente a este ensayo general de la muerte
No volvamos a
Fallarle a la vida
Ni a nuestros sueños. 
 
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Liliana Alejandra Ladrón de Guevara Muñoz  (   Chile )

Periodista chilena radicada en España - Especialista en Comunicación Pública - Directora de la Revista Vox Locális.